El pasado sábado fue el gran día de dos buenos amigos, Pedro y Lucía. De nuestra parte estaba la responsabilidad de dejar unas instantáneas dignas de un magnifico evento que pudimos compartir junto a ellos y sus familias en una jornada calurosa pero encantadora. No puedo negar que, aunque siempre trabajamos bajo presión (espero no confundir, presión por la responsabilidad que entraña la realización de nuestro trabajo), este pasado fin de semana era un poquito más alta de lo normal, pues cuando trabajas para dos personas enamoradas de la fotografía y de las cosas bien hechas tienes esa cosilla por dentro que no te deja tranquilo, pues nunca quieres defraudar con tu trabajo... y sientes esa "presión" un poquito más.
Preciosa ceremonia en nuestra entrañable Ermita de María Santísima de la Aurora, maravillosamente decorada como acostumbran los compañeros de Artedecá y en la que no entraba a realizar una boda desde hacía ya 20 años…….allí estaba presente aquel novio, gran amigo mío por cierto….caprichos del destino.
Perfecta, sin más, la comida ofrecida en Jardines Aguanevada en los que, como siempre, y disfrutando de sus incomparables vistas, pudimos disfrutar de una tarde, y de esto estoy más que seguro…..entre amigos.
Debota del blanco y negro como un servidor es Lucía, así que como a los dos nos gusta tanto, esta selección de fotografías de su boda va entera en nuestra gama de color preferida. Espero haber cumplido, pues no hay satisfacción más grande para un fotógrafo que agradar con su trabajo a alguien enamorado de su profesión.