Sabíamos que iba a ser un día especial. Volvíamos a “los ruedos”, donde tanto sufrimos y tanto disfrutamos…. Sufrimos de nervios, de estrés, de incertidumbre. Disfrutamos de nuestro trabajo, captar momentos para luego hacer felices a quien vuelva a revivirlos con esas imágenes que, a nuestra manera, hemos creado para ellos.
No vamos a negar que estábamos nerviosos, de hecho siempre lo estamos, pero la situación esta vez, era especial. Son muchos años dedicados a este trabajo en los que jamás habíamos tenido un parón de estas dimensiones…. y esperamos que nunca se vuelva a repetir.
Imposible volver de mejor manera. Una pareja que por muchas cosas para nosotros será inolvidable, pero sobre todo por ese trato y esa confianza que han demostrado hacia nosotros desde primera hora. Rodeados de grandísimos profesionales durante todo el día que hicieron que los engranajes de esta maquinaria que son las bodas se acoplaran a la perfección como si nunca se hubieran detenido…
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