Siempre digo que una de las cosas más maravillosas de nuestro trabajo es ser espectadores de excepción de uno de los momentos más importantes en las vidas de las personas que confían en nuestro trabajo. Se vuelve más especial aún cuando lo haces en la boda de una pareja que conoces desde pequeños. Si cierro los ojos aun puedo vernos (yo también estaba) vestidos con el uniforme en el patio del colegio Madre Dolores Marquez allá a finales de los bonitos años 80….. Es muy gratificante este tipo de experiencias y mas si vienen precedidas por la confianza depositada en nuestro trabajo. Un auténtico placer compartir con ellos y con sus agradables familias una fantástica jornada en la que el tiempo una vez mas se rindió al embrujo de nuestras cámaras (….al final voy a terminar creyéndomelo y todo…jajaj) y que tuvo un final excepcional en un sitio encantador como es Hacienda Parchilena en la que todo fue dirigido con su buen hacer habitual por nuestro amigos de La Manzana de Adán. Finalmente queremos dar las gracias a ellos y a sus familiares y amigos por el trato recibido en todo momento que siempre facilita tanto nuestra labor. Un besote!!!
Últimas entradas
El comentario se revisará antes de publicarlo.